Cuando levantamos la vista en la selva, llaman la atención la cantidad de plantas, hongos y líquenes que tapizan las cortezas y las ramas de los árboles. Hay muchas plantas que, en vez de enraizarse en el suelo, usan a los árboles como soportes para crecer.
A diferencia de las parásitas, las epífitas no extraen nutrientes de las plantas que las hospedan; sólo las aprovechan para tener mejor acceso a la luz solar. En ese mundo aéreo encontramos helechos, bromelias, orquídeas que a su vez conviven y son albergue y alimento con insectos, anfibios y aves.